En el contexto de la ciudadanía digital, una de las prácticas más básicas y fundamentales es la creación de contraseñas seguras. No se trata solo de proteger una cuenta, sino de resguardar datos personales, conversaciones privadas, documentos institucionales y, en el caso docente, incluso información de estudiantes. Ser responsables en la gestión de nuestras claves es parte de nuestra identidad digital y de un compromiso más amplio con la seguridad y la privacidad en entornos virtuales.
La infografía que acompaña este post ofrece consejos simples y claros para fortalecer nuestras contraseñas: combinaciones de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos, evitar datos personales como fechas o nombres, y actualizarlas con cierta frecuencia. También incluye ideas sobre cómo almacenarlas de forma segura, como el uso de gestores de contraseñas o archivos cifrados. Visual y directa, esta herramienta busca que cada usuario pueda revisar sus hábitos y adoptar medidas concretas para protegerse en la red.
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