Durante mucho tiempo se pensó en el mundo digital como algo separado de la vida real. Sin embargo, hoy sabemos que lo que ocurre en Internet, en redes sociales, en plataformas educativas o en cualquier espacio virtual, forma parte activa de nuestra realidad cotidiana. Lo digital ya no es un “afuera” de la escuela, el hogar o las relaciones: es un entorno más donde interactuamos, nos expresamos y tomamos decisiones.
La imagen lo resume con claridad: el entorno digital y el entorno físico no se oponen, sino que se integran y construyen juntos un único espacio: el entorno real. Entender esta fusión nos permite repensar cómo habitamos ambos mundos y cómo educamos en ellos. Lo que decimos, compartimos o hacemos en lo digital, también importa. También deja huella. También enseña.
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